lunes, 26 de septiembre de 2011

LA CONSUMACIÓN DE LOS TIEMPOS-APOCALIPSIS


APOCALIPSIS
“Escribe las cosas que has visto”:
LA VISIÓN DE JESUCRISTO     cap. 1
“… las [cosas] que son”:
MENSAJES A LAS SIETE IGLESIAS     caps. 2–3
“y las [cosas] que han de ser después”:
TRIUNFO DE JESUCRISTO     caps. 4–22
Salutación     1:1–8
Jesucristo en medio de los candeleros 1:9–20
Lo que Cristo requiere de las iglesias:
Éfeso
Amor a Dios     2:1–7
Esmirna
Firmeza en el sufrimiento     2:8–11
Pérgamo
Ser verdad en medio de las tinieblas     2:12–17
Titatira
Vivir en santidad     2:18–29
Sardis
Realidad espiritual     3:1–6
Filadelfia
Visión     3:7–13
Laodicea
Entrega total     3:14–22
Dios y el Cordero      caps. 4–5
Juicios de los Sellos      cap. 6
Dos multitudes      cap. 7
Juicios de las Trompetas caps. 8–9
El ángel y el librito      cap. 10
El templo y los dos testigos      cap. 11
La mujer y el dragón      cap. 12
Las dos bestias      cap. 13
Tres visiones del fin      cap. 14
Juicios de las Copas caps. 15–16
La gran ramera      cap. 17
La caída de Babilonia      cap. 18
La venida de Jesucristo      cap. 19
El reino milenial      cap. 20
La Nueva Jerusalén      21:1–22:5
Conclusión      22:6–21


El libro de Apocalipsis hace que el lector esté consciente de que hay dos caminos, porque señala con claridad quién controla la tierra y lo que sucede en ella. Es como si llevara al lector en una cápsula del tiempo para presenciar el conflicto final y el triunfo de Dios, de su Hijo y de los creyentes en él. Se siente la agonía de un mundo fracasado, pero también se ve nacer un mundo nuevo.
El de Apocalipsis es un libro singular de la Biblia. Tiene una combinación de características muy especiales que lo distinguen de otros libros. Inicia con la promesa de una bendición especial para las personas que lo leen y lo escuchan (1:3). “El que lee” es la persona que, en el culto de las iglesias de los primeros siglos, leía en voz alta algún pasaje de la Biblia. “Los que oyen” eran los asistentes al culto.
En aquel tiempo, los cristianos no tenían copias de las Escrituras, por lo que cada congregación iba coleccionando copias de los escritos que circulaban y se conocían. En los cultos, un líder leía públicamente las Escrituras y después alguien explicaba el pasaje. Con base en ello, exhortaba a los asistentes.
Esos lectores y oyentes debían notar, como nosotros hoy día, que la bendición es para los que leen, escuchan y “guardan las cosas en ella escritas”. Las visiones y profecías de Apocalipsis han intrigado a los lectores desde el primer siglo. Muchos lo han estudiado para tratar de descifrar las profecías que contiene. Con mucha curiosidad, han buscado la clave para conocer los acontecimientos futuros. Algunos no se han dado cuenta que también incluye responsabilidades que deben cumplir.
El primer versículo señala que Dios dio estas revelaciones a Jesucristo, las cuales él envió por medio de un ángel “a su siervo Juan”, quien a su vez las escribió para los siervos de Dios. Los siervos son personas que pertenecen a un amo y obedecen fielmente su voluntad. Juan, el siervo, y los demás siervos, son los creyentes entregados a obedecer los mandatos del Señor y a representarlo en el mundo. El autor, Juan, ha dado una clave para entender el libro: ser siervo de Dios, entregado y obediente. Juan dice que esto es importante porque “el tiempo está cerca”. El Nuevo Testamento enseña que los creyentes viven en la culminación de los tiempos. Aunque han pasado muchos años despúes de los apóstoles, desde el punto de vista divino, Juan estaba cerca y nosotros también estamos más cerca del fin (Romanos 13:11–12). Los eventos de este libro podrían desencadenarse en cualquier momento. Apocalipsis fue dirigido a cristianos del primer siglo, pero también a los de hoy y a los creyentes del futuro. Detengámonos al inicio de este estudio para asegurar que vamos a acercarnos a Apocalipsis con el propósito de conocer más a Dios y su voluntad y para tener una nueva disposición de obedecerla.

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