lunes, 26 de septiembre de 2011

EL FALSO PROFETA APOCALIPSIS 13:11–18

La tercera persona de la trinidad inicua es el falso profeta (16:13; 19:20; 20:10). Así como el Espíritu Santo glorifica a Jesucristo, esta segunda bestia hará que los hombres adoren al anticristo. Su carácter de cordero puede hacer referencia a la manera mansa y engañosa que adoptará para atraer a las personas (vv. 13–14). Su hablar como de un dragón simboliza su naturaleza satánica y también los métodos violentos que usará para obligar a los hombres a adorar al anticristo (vv. 15–17).

EL DRAGÓN: SATANÁS
LA BESTIA QUE SUBE DEL MAR: ANTICRISTO
LA BESTIA DE LA TIERRA: EL FALSO PROFETA
Así como Dios sella con el Espíritu Santo a los redimidos y a los 144,000 para protegerlos, igualmente el anticristo tendrá su manera de identificar a los que lo sigan. No sabemos si pondrá una marca literal en el cuerpo de sus seguidores, pero será algo que les dé libertad para participar en el comercio.
Muchos han procurado descifrar el significado del número seiscientos sesenta y seis con el fin de identificar al anticristo. La historia de ese esfuerzo enseña que los intérpretes no tienen la clave todavía. Usando diferentes sistemas, los escritores han calculado que se refiere a Nerón, Tito, Napoleón, Hitler, Mussolini, Kissinger o a algún líder religioso. Las frases: “aquí hay sabiduría” y “el que tiene entendimiento, cuente el número”, sugieren que existe un misterio en él. Si esto es así, será conocido por los creyentes que vivan en la tribulación y que serán ayudados por esa información. “Es número de hombre” puede significar que el número seis representa la imperfección de la gloria humana (pues le falta algo para llegar al siete, que representa la perfección). Algunos sugieren que el anticristo es la mayor manifestación de la gloria humana y por eso se repite tres veces el número seis.
Entonces,describe otra etapa del continuo conflicto entre las ambiciones de Satanás y la soberanía del Creador. El diablo fue juzgado y sentenciado cuando Cristo murió (Juan 16:11; Efesios 1:20–21; Colosenses 2:15). Sin embargo, Dios le permite desarrollar su oposición, pero siempre bajo el soberano control divino. Este capítulo nos enseña a no sorprendernos por el hecho de que “ya está en acción el misterio de iniquidad” (2 Tesalonicenses 2:7). Los creyentes nos vemos tentados a desmayar porque parece que Satanás triunfa en el mundo. Pero Apocalipsis enseña que la guerra no ha terminado, que Dios está en control de todo y que la victoria le pertenece a él y a los suyos.
Actualmente Satanás ciega a los no creyentes y acosa a los cristianos con tribulaciones y engaños (2 Corintios 2:11; 4:4; 11:3–4, 13–15; Efesios 6:11–12; 1 Pedro 5:8–9). Vemos que el método de Satanás no es sólo hacernos cometer pecados escandalosos, sino hacer que la cobardía nos domine, que optemos por la comodidad y la indiferencia, que apoyemos los valores de la ambición, poder y vanagloria del reino de las tinieblas. En la guerra espiritual, Pablo enseña que debemos resistir a nuestro enemigo llevando una vida de veracidad, rectitud, que predique el evangelio, de fe en Dios, de confiar en nuestra salvación, de usar la palabra de Dios para llevar a otros a los pies de Cristo y de orar por nosotros y por todos los santos (Efesios 6:13–18). Apocalipsis 12 y 13 enseñan que necesitamos confiar en la victoria que Cristo alcanzó en la cruz derrotando el pecado y a Satanás, seguir fielmente dando testimonio aun en medio del peligro, y enfrentar las amenazas con valor y perseverancia (12:11; 13:9–10). Con cada victoria de constancia y obediencia, el creyente manifiesta que Satanás fue vencido por Cristo y que Dios es el verdadero Soberano de nuestra vida, la tierra y el universo.
ANUNCIOS DEL FIN      14:1–20
Apocalipsis es el libro de los ángeles, porque tiene más de sesenta referencias a ellos, más que cualquier otro libro del Nuevo Testamento. Los seres angélicos están alrededor del trono de Dios adorándolo como Creador y Redentor; llevan mensajes y noticias; contestan las preguntas de Juan e interpretan algunas visiones. Además, anuncian los juicios de las trompetas y los de las copas. Lanzan a Satanás del cielo, abren y cierran el abismo, y encadenan al enemigo por mil años. En el cap. 14, los ángeles hacen anuncios y ejecutan juicios.
La victoria de los 144,000 siervos 14:1–5
Ese grupo está compuesto por los mismos que en el cap. 7 recibieron el sello de Dios para protegerlos de los juicios que estaban por caer sobre la tierra. Son judíos que servirán a Dios durante la tribulación. Se supone que llevarán el evangelio al mundo para que muchos reciban a Cristo, que no sean engañados por el anticristo y que estén esperando la venida de su Rey.
En esta visión están con Cristo sobre el monte Sion, que es Jerusalén, habiendo terminado su trabajo. Este es un atisbo de la celebración de victoria y recompensa que tendrán los 144,000 cuando Cristo haya venido. Este capítulo profetiza varios eventos que sucederán cuando Cristo venga al final de la tribulación. Los nombres de Dios que aparecen en la frente de los redimidos, la voz fuerte del cielo, la hermosa música que baja de la presencia de Dios y las palabras de elogio, celebran su fidelidad y victoria.
Los nombres que aparecen en sus frentes significan que pertenecen a Dios y disfrutan de una relación íntima con él. El canto nuevo que sólo ellos podrán aprender indica que Dios los honra en forma especial, ya que fueron “redimidos de entre los hombres como primicias”. Probablemente fueron los primeros en recibir a Cristo al inicio de la tribulación y entonces fueron comisionados para predicar a los demás. Asimismo, “siguen al Cordero”, o sea, son obedientes a él (comp. Lucas 9:23). Su veracidad indica que dan testimonio y enseñanza.
La frase que es difícil interpretar es “no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes”. Esta es otra manera de reconocer su fidelidad a Dios, pero, ¿qué significa? La palabra “contaminar” no parece encajar con el concepto bíblico de que las relaciones íntimas que hay en el matrimonio son de Dios y por lo tanto, correctas. Unos intérpretes creen que no participaron de la inmoralidad, pero esto no explica por qué son vírgenes. Otros creen que esta oración es figurada y que se refiere a la contaminación de la idolatría del anticristo y la inmoralidad que a menudo acompaña a la idolatría. En el Antiguo Testamento, la idolatría de los judíos se consideraba infidelidad a su verdadero esposo, Jehová. Pero también es posible que sean célibes para no tener preocupaciones familiares y así poder dedicarse totalmente a su ministerio (comp. 1 Corintios 7:1, 6–8, 26–27, 32–33). “No se contaminaron” lleva la idea de estar dedicados a su tarea.
Anuncio de tres ángeles 14:6–13
Tres ángeles vuelan por el aire, cada uno declarando un mensaje; uno positivo y dos negativos
Predicación del evangelio. vv. 6–7. El primer ángel recuerda al lector que durante la tribulación y en medio de tantas experiencias difíciles que habrá en la tierra, el evangelio seguirá siendo anunciado. Todos los seres humanos oirán el evangelio y tendrán la oportunidad de arrepentirse de sus pecados y escapar de la muerte eterna (comp. 6:15–17; 7:13–17; 9:20–21; 11:3–4; Mateo 24:14). En este pasaje, un ángel trae la información acerca de la predicación del evangelio, pero serán humanos los que lo prediquen en la tierra.
Juicio de Babilonia v. 8. El segundo ángel dice que la gran ciudad de Babilonia ha caído, evento que se relaciona con el juicio de la séptima copa (16:19) y que es tema del cap. 18. Babilonia será un importante centro comercial idólatra en el imperio del anticristo. Seguramente habrá mucha inmoralidad, pero el énfasis de la palabra fornicación está en la relación de esa ciudad con la idolatría, que es infidelidad espiritual. Su destrucción sucederá junto con el juicio que venga sobre el imperio del anticristo durante los juicios de las copas y la segunda venida de Cristo. Aquí se anuncia como un acontecimiento ya realizado, así como también la victoria de los 144,000 se ve como ya cumplida (vv. 1–5).
Castigo eterno. vv. 9–13. El resto del capítulo contesta dos preguntas. ¿Cuál será el destino eterno de los que adoran a la bestia? ¿Qué sucederá a los que vivan cuando Cristo regrese?
El tercer ángel describe el juicio eterno que sufrirán los que no respondan a la predicación del evangelio, que adoren al anticristo y que se identifiquen con su imperio satánico. Es el horrible castigo de la segunda muerte, en que serán lanzados al lago de fuego (20:12–15). En la tribulación, estos versículos y otros de Apocalipsis serán temas de predicación para advertir a los hombres de su destino final si escogen la idolatría y la seguridad en vez de confiar en el Rey que vendrá.
Los vv. 12 y 13 agregan palabras de ánimo para los que rechacen el engaño de Satanás y crean en Jesucristo. Deben ser pacientes para esperar el final de la tribulación y la venida de Cristo. Deben perseverar en su fe en medio del sufrimiento y, tal vez, martirio. Los que mueran en el Señor, recibirán la bendición del descanso y la recompensa inmediatas.
La tierra es segada 14:14–20
Los vv. 9–12 enfocaron el castigo eterno, pero estos hablan de la muerte de los seguidores del anticristo y de todos los que no conozcan a Cristo cuando él venga. Los ángeles que salen del templo de Dios en el cielo indican que el juicio procede del Señor y que es justo y correcto. Jesucristo, en su venida, es el que segará y habrá mucho derramamiento de sangre de aquellos que no hayan creído en él. Esta descripción figurada hace referencia a los eventos como los juicios de las copas (cap. 16), la caída de la ciudad de Babilonia (cap. 18) y la batalla de Armagedón (19:17–21; comp. Mateo 24:29–30; 25:31–46). Sólo los creyentes quedarán para ingresar en el reino milenial.
El cap. 14 enseña que los que cumplen la misión que Dios les da, que a veces tienen que realizar en medio de pruebas y tribulaciones, disfrutarán de la aprobación divina y compartirán con Cristo la comunión íntima y el triunfo futuro. Esto requiere entrega total a Dios, cambiar las prioridades espirituales, integridad de carácter y obediencia hasta la muerte.
Asimismo, habla del destino final y eterno de los que no respondan a la oferta de salvación en Cristo. El que por su gracia inmerecida rescata al hombre de la culpabilidad y poder del pecado, un día será el Juez de los que rechazan su amor. El castigo eterno es real y verdadero. Hoy es el día para acercarnos en oración, amor, servicio y testimonio a nuestros amigos y familiares para que conozcan el amor de Dios.





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